Los relatos históricos indican que los juegos de azar en México comenzaron antes de la civilización azteca. Sin embargo, la forma de juego más estructurada y moderna comenzó a principios del siglo XIX cuando aparecieron en el país los casinos de estilo francés. Los casinos operaron en México durante unas dos décadas. En 1935, se levantó un gobierno reformista bajo el presidente Lázaro Cárdenas y cerró todos los casinos y todo tipo de apuestas.
En 1947 se aprobó una ley federal que prohibía la mayoría de las formas de juego con excepción de las apuestas deportivas, el billar, los dados y el dominó. Sin embargo, las formas ilegales de juego continuaron prosperando en el país debido. Eso ayudó a generar la discusión de cambiar las leyes de prohibición a regulación. Muchos políticos intentaron legalizar el juego en el país, pero no tuvieron éxito durante mucho tiempo.
En 1989, hubo un pequeño avance cuando el gobierno otorgó permiso a una empresa con sede en Tijuana para brindar servicios de apuestas deportivas. Eso ayudó a aumentar la popularidad de las apuestas deportivas en el país, aunque muchos apostadores aún tenían dificultades para acceder a los servicios de apuestas deportivas.
Otro intento serio de abrir completamente las actividades de apuestas en México se hizo en 2001 bajo la presidencia de Vicente Fox, pero no dio muchos frutos. En 2004, el departamento gubernamental responsable de supervisar las actividades de juego aprobó la operación de varios juegos basados en números. El departamento también comenzó a emitir licencias bajo el 'Reglamento a la Ley Federal de Juegos y Rifas'.
A los primeros 'racinos' se les permitió en 2005 ofrecer juegos de tragamonedas estilo casino y apuestas mutuas. Eso llevó a que todo tipo de juegos de azar inundaran el mercado a pesar de que la mayoría aún no estaban autorizados oficialmente.
Las apuestas deportivas crecieron significativamente a principios de la década de 2000. La popularización de apuestas deportivas en línea alimentó eso. Las apuestas en línea hicieron posible que más personas accedieran a los servicios de apuestas deportivas. La mejora de la tecnología hizo que los dispositivos inteligentes, como los teléfonos inteligentes, fueran más baratos, de modo que más personas pudieran pagarlos. Las apuestas deportivas móviles también ayudaron a aumentar la popularidad de las apuestas deportivas.